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Gant

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Gant

En abril de 1949 nació GANT Inc., una empresa que gira en torno a una idea muy simple: no dejar de aprender nunca. Bernard Gantmacher fundó una empresa de confección de camisas en la pequeña ciudad universitaria de New Haven, en Connecticut (Estados Unidos). La dedicación a la calidad de Gantmacher, y el sentido del estilo y los negocios de sus hijos Marty y Elliot resultaron ser la combinación perfecta para lograr el éxito.

Para GANT todo comenzó con las camisas y nunca han dejado de reinventarlas desde entonces. La historia de su fundador, Berl Gantmacher, es digna de ser contada por representar el típico sueño americano de superación.

 

Berl era hijo de un molinero de Miropol, Ucrania, que, siendo adolescente, ya se había abierto camino desde el Imperio ruso hasta Róterdam. Desde allí continuó hacia el oeste; se embarcó en el S.S. Potsdam, un barco de vapor holandés-americano, y zarpó hacia la ciudad de Nueva York. Según el registro de los archivos de la Isla Ellis llegó el 12 de noviembre de 1907. Tenía 17 años.

 

Al igual que muchos inmigrantes judíos, americanizó su nombre y Berl se convirtió en Bernard.  Se matriculó en clases nocturnas en la Facultad de Farmacia de la Universidad de Columbia, pero durante el día encontró un trabajo en la industria de la moda. Él se dedicana a unir las distintas partes de las prendas de ropa y es ahí donde aprendió a confeccionar prendas.

«Allí también conoció a Rebecca Rose, una mujer cuyo trabajo consistía en coser ojales y botones. Más tarde se convertiría en su mujer»

Bernard vió interrumpida su vida por la I Guerra Mundial, y se alistó en el ejército de los Estados Unidos. Al regresar del servicio, y junto a su socio Morris Shapiro, fundó Par-Ex Shirt Company con sede en Brooklyn.

 

La primera empresa del universo GANT

Par-Ex confeccionaba camisas por excelencia para otras marcas, entre las que se incluía Brooks Brothers. La nueva empresa fue todo un éxito, y en 1927 Par-Ex Shirt Company se trasladó para seguir mejorando a New Haven, Connecticut.

 

Eran buenos tiempos para los Gantmacher. El negocio creció y, con él, la familia. Dos de los hijos de Bernard y Rebecca, Marty y Elliot, siguieron trabajando para llevar a GANT al éxito colosal. Los chicos, nacidos en 1921 y 1926, crecieron barriendo el suelo y uniendo cuellos en la fábrica de su padre.

 

La vida de Marty y Elliot, al igual que la de su padre, se vio interrumpida por la Segunda Guerra Mundial, y ambos se alistaron en el ejército. Tras volver a casa en los años 40, estudiaron en la Universidad de Connecticut. Marty se especializó en administración y gestión de empresas y Elliot en marketing. Más tarde, con todos estos nuevos conocimientos, retomaron el negocio familiar.

 

Marty y Elliot vieron una gran oportunidad en el nuevo mercado de EEUU que estaba emergiendo y la aprovecharon. Convencieron a su padre de que era el momento de dejar atrás Par-Ex y el negocio de contratación. En lugar de fabricar ropa para otras marcas, venderían camisas perfectamente confeccionadas con su propio sello. Así nació abril de 1949 nació GANT Inc.

 

GANT, sinónimo de calidad

Desde el principio GANT es conocido por la calidad de sus camisas. En los primeros días, cuando la empresa se encargaba de suministrar camisas a otros comercios minoristas, se añadió una discreta marca comercial de GANT: un pequeño rombo con una “G” grabada en el faldón de la camisa.

A mediados de los años 50, la G con el rombo se había convertido en parte de la historia de la ropa masculina americana, una señal distintiva de primera calidad que ayudó a que los mejores vendedores deseasen estas camisas exclusivas, cuya demanda superó enormemente a la oferta.

Los años 50 fueron una época de crecimiento sin igual en los Estados Unidos y las camisas GANT ayudaron a definir el look informal a la par que elegante que dominó los años de la posguerra.

 

La elaboración detallada de GANT y el estilo americano natural atrajeron a una generación de hombres que habían llevado durante años ropa militar y que ahora habían vuelto a casa para ocupar su lugar en la floreciente clase media.

 

Detalles inconfundibles GANT

Los detalles inconfundibles de la marca, imposibles de copiar por parte de la competencia, eran, por ejemplo la forma de los bordes delanteros del cuello abotonado. Y es que las habilidades técnicas de Bernard y el sentido de la moda de Marty y Elliot, fueron imprescindibles para generar lo que se llamó «la caída perfecta».

 

La caída perfecta no fue el único detalle exclusivo que GANT perfeccionó. Entre otros pequeños toques muy apreciados por los clientes se incluyeron: la trabilla de la parte trasera de la camisa que puede utilizarse para colgar la camisa en el vestuario y evitar que se arrugue.

 

La tabla, en la parte trasera de la camisa, proporcionaba al chico mayor libertad de movimiento. Y el botón del cuello trasero mantenía la corbata en su lugar y evitaba que el cuello se levantase.

 

GANT para hombre y para mujer

Al mismo tiempo que perfeccionaban la camisa para hombre, GANT se dio cuenta de que no solo los hombres deseaban llevar sus prendas. Inspirados por las mujeres que pedían a sus novios y maridos las camisas, se dieron cuenta de que ambos sexos apreciaban la ropa de calidad. GANT presentó las camisas para mujer con el lema: “Para las mujeres GANT confecciona camisas, no blusas”.

 

Se trataba de un nuevo capítulo para la empresa, y con él llegó un nuevo nombre. Ahora la empresa se conocía simplemente como GANT Shirtmakers, reflejando así la excelencia y la importancia cultural de la exclusividad de la empresa.

 

GANT y la moda deportiva

Cuando terminó la Segunda Guerra Mundial y los soldados americanos volvieron a casa, el país sufrió un periodo de cambios muy rápidos. Nuevos gustos y nuevas influencias en cuanto a deportes y moda se extendieron por toda la nación.

 

La radio, la televisión y las revistas presentaron un estilo de vida activo con el que nunca habían soñado. A medida que las actividades deportivas influían en numerosos aspectos de la confección creativa, la demanda de un look cómodo continuó extendiéndose.

 

Las camisas GANT ayudaron a definir el look informal y elegante al mismo tiempo. Surgió una clase media que apreciaba la caída perfecta del cuello de las camisas GANT y la calidad del tejido que era de esperar.

 

Hasta finales de los 60, GANT solo había sido un fabricante de camisas, pero había llegado el momento de utilizar sus conocimientos especializados para ampliar su registro.

 

En 1971, confeccionaron su primera colección de ropa deportiva americana, que incluía corbatas, pantalones y camisetas de rugby.

 

Esta marca tan conocida internacionalmente en la actualidad, tiene su sede en Suecia y está presente en muchos países con una amplia colección que sigue preservando sus valores originales. Nosotros, en Benavent, la hemos tenido presente desde hace mucho años. Nos sentimos orgullosos de trabajar con firmas como esta ya que nos identificamos con su estilo, su imagen y sus valores.

Fuente: https://es.gant.com